Mercados en Tailandia hay millones y tal vez nos quedaríamos cortos. Me habrán leído muchas veces, si siguen el blog, que los mercados son el mejor lugar donde conocer la esencia de un país, descubrir sus costumbres, su gastronomía por supuesto, pero también el trato cercano de sus gentes. Hace unos cuantos años, una imagen, se nos quedo grabada en la retina la primera vez que la vimos. Un tren se acercaba a marcha lenta y atravesaba un mercado, mientras los vendedores recogían las mercancías que tenían expuestas en medio de las vías. Desde entonces sabíamos que en algún momento de nuestras vidas lo visitaríamos.
El Mercado Ferroviario de Maeklong

Conocido como el mercado del tren su verdadero nombre es Talad Rom Hub Market, cuyo significado en tailandés es: El mercado del cierre de paraguas, en referencia al cierre de los paraguas y toldos, ante el paso del tren.


Está ubicado en la provincia de Samut Songkhram, en el Golfo de Tailandia, al sur de Bangkok, a unos 70 km, aunque nosotros veníamos desde la provincia de Kanchanaburi a unas 2 h por una buena autopista.

El tren pasa por el mercado todos los días, 8 veces al día y los horarios se pueden ver expuestos en la estación cercana o en algunos de los puestos del mercado a lo largo de las vías del tren que lo atraviesa. En cualquier caso con solo preguntar a algunos de los vendedores te informaran con una sonrisa seguida de la palabra kapunka acompañada de una reverencia con las manos juntas en señal de respeto y agradecimiento.
En el mercado hay más de 300 tiendas a lo largo de la vía férrea de 500 metros de largo. Aquí puedes ver una gran variedad de carnes, mariscos, verduras, postres, frutas exóticas e incluso alguna ropa que se vende a buen precio, eso si previo regateo. Mucha gente no le gusta y hasta le resulta tedioso pero después de muchos años de viajar por países donde el regateo es una cultura, creo que para los vendedores es una falta de respeto si no lo haces y das una imagen de persona que los desprecia.

Es fundamental encontrar una buena posición para las fotos antes de que el tren llegue o salga porque cuando llega el tren, todos los turistas se reúnen en el mismo lugar y se bloquean entre sí tratando de obtener las mejores fotos del tren. El ancho de la vida es de apenas un metro y el espacio para moverte es muy pequeño porque lo ocupan las mercancías y los puestos.
Cuando el tren se acerca a la zona de Talad Rom Hub, suena una sirena. Los vendedores con gran parsimonia, ajenos a todo lo que les rodea, simplemente cierran los paraguas o toldos justo a tiempo para que el tren pase y una vez que los supera los vuelven a abrir inmediatamente y continúan con las ventas. Es curioso que algunas mercancías, como frutas y verduras, quedan en los bordes de las vías y el tren simplemente pasa por encima de ellas.
El tren se mueve muy lentamente al pasar por el mercado a pocos centímetros de la gente que se agolpa a sus lados, incluso algún temerario se pone en medio de las vías para un selfie que puede ser mortal. El maquinista saca medio cuerpo por fuera de la ventanilla y choca las manos de los turistas. En los vagones suelen ir también algunos turistas que hacen fotos y saludan.
Es todo un ritual que que dura menos de 10 minutos pero te deja una sensación de satisfacción inenarrable, cuando ves que los vagones del tren pasan delante de tus ojos como a cámara lenta y luego como por arte de magia vuelves a la realidad y todo regresa a estar como al principio, sientes una especie de deja vu.
Obviamente el mercado ocupa más espacio que la vías del tren, una manzana entre las calles Pasitpattana Rd, Peth Samut y Kasemsukut Rd, cubierto y con pasillos donde encontramos puestos de pescado, carne, frutas y ropa bien delimitadas entre otras mercancías. Un magnífico lugar donde también probar la cocina de la zona, con restaurantes y chiringuitos callejeros para todos los gustos y bolsillos.
Mercado flotante de Amphawa

Aunque en una visita anterior a Tailandia (2013) habíamos estado en un mercado flotante, el Damnoen Saduak, decidimos visitar el Mercado flotante de Amphawa cuya particularidad es que es nocturno. Los dos mercados están a solo 25 minutos uno del otro, pero obviamente habría que hacer noche en la zona para disfrutar del ambiente noctámbulo.




Este antiguo mercado está situado en el canal de Amphawa, uno de los pequeños canales o klongs que se ramifican en el río Maeklong. Antiguamente las poblaciones fluviales de estas zonas cargaban sus pequeñas embarcaciones de frutas frescas, verduras, platos de comida y todo tipo de artesanías para converger en estos espacios comunes y vender sus productos a compradores ansiosos. Hoy en día el objetivo sigue siendo el mismo aunque los compradores hayan cambiado y sean turistas románticos ávidos de aquellos tiempos ya pasados. Aunque también por su cercanía a Bangkok, hace que los fines de semana, muchos locales se desplacen hasta aquí para disfrutar de este pequeño mercado y disfrutar de su gastronomía.

Se pueden alquilar estos barcos, ya sea de forma individual o en grupo, para pasear por los canales disfrutando del ajetreo de los vendedores ambulantes y de las antiguas mansiones de madera de teca, muchas de ellas ya reformadas o convertidas en guesthouses o restaurantes y tiendas, en ambas orillas del río.
Otra forma de descubrir el mercado es caminando por sus orillas, unidas cada cientos de metros, por algún puente desde donde se puede observar el ir y venir de barcas con turistas, vendedores ambulantes o de comida y el trajín de los comerciantes en los cercanos puestos.


Aunque el mercado está abierto desde el mediodía lo mejor es ir por la tarde y ver como se va transformando a media que la luz declina. Es entonces cuando se aprecia mejor el alma de este mercado flotante. Miles de bombillas se encienden al unísono de las brasas de las parrillas y el deambular de los turistas y locales buscando un lugar para cenar.

Algunas barcas se acercan hasta la rivera y sirven sus platos especiales que cocinan en braseros en la misma barca y lo sirven a los turistas o locales en las escalinatas de la ribera, sentados en mesas dispuestas a tal fin o en las mismas escalinatas.












Los olores que inundan el ambiente son brutales. Te quedas embobado viendo como cocinan platos exóticos o como mezclan las diferentes verduras haciéndolas saltar de forma acrobática en sus woks. La variedad de comida es increíble; tienen vieira asada, pescado, gambas a la parrilla, cangrejos al vapor, ostra o la famosa sopa Tom Yum Kung. El mercado ofrece una increíble variedad de dulces . Hay chips de plátano, paletas y frutas secas.





Nosotros pasamos la noche en un alojamiento cercano del mercado flotante, a unos 10′ en coche, el Hatthatara resort, en medios de los canales, rodeados de plantas y flores exóticas. Las habitaciones eran de madera sobre pilones y unidas por pasarelas. Un lugar donde relajarse y darse un buen masaje de espalda y cabeza. Nuestra idea era hacer un paseo nocturno en barco para ver brillar las luciérnagas pero, no sé si por ser domingo o porque había llovido, no pudimos encontrar ninguna excursión. En cualquier caso fue una experiencia única antes de ponernos en marcha hacia nuestro siguiente destino en Tailandia, la región de Chang Mai.
23/05/2023 at 12:48
Toda una experiencia! Me encantó vivirla!
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27/05/2023 at 10:48
Con cada detalle que cuentas de tus viajes podemos sentir las ganas de visitarlos y vivirlos como nuestros.
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