Este viaje comenzó a gestarse hace dos años (2021), era el viaje de jubilados, pero el cierre de fronteras de la mayoría de los países del sudeste asiático nos lo impidió. Pero siempre quedó latente, esperando su oportunidad. Todo viaje necesita del anhelo y la esperanza por lo que se descubrirá, por las experiencias que experimentarás, por eso, una buena dosis de paciencia hace que el viaje se disfrute plenamente. La idea era viajar a Tailandia, Laos, Hong Kong, Macao y Filipinas, para ser sinceros fuimos añadiendo destinos a medida que el viaje avanzaba y que al final, y sin querer, duraría algunos días más de los dos meses y podría haber durado más si hubiésemos hecho caso al corazón y no a la cabeza.

Esta sería nuestra cuarta estancia en Tailandia, un país que nos encanta. Amanecía en Bangkok cuando aterrizamos en el aeropuerto internacional de Suvarnabhumi, vía Madrid (Iberia) y Estambul (Turkish airlines), unas 18 h de vuelo, algo cansados pero todavía nos quedaba algo de camino hasta llegar a nuestro destino final. Después de pasar el control de pasaportes, recordar que no es necesaria una visa, sino rellenar el formulario de entrada, sacar dinero del cajero y comprar una tarjeta SIM (15 d), compañía AIS. Nos fuimos al mostrador de Budget a recoger nuestro coche. Si tal cual, fue una experiencia grandiosa disponer de un vehículo propio, aire acondicionado, es verdad, que conduces por la izquierda y el coche es automático, pero con cuidado y la ayuda de Google Maps llegas al fin del Mundo, jajaja. Las carreteras están en buenas condiciones y la circulación es tranquila, algo de atascos en Bangkok, pero nada que la paciencia no resuelva.

Unas 2 h más tarde hacíamos nuestra entrada triunfal en la ciudad de Kanchanaburi, capital de la provincia del mismo nombre en el oeste de Tailandia y lugar en el que pasaríamos 3 días recorriendo sus monumentos, entre los que destacan sus templos, el maravilloso parque natural de Erawan con sus impresionantes cascadas o el más famoso de todos, el ferrocarril de la muerte, la línea férrea construida por los japoneses durante la Segunda guerra Mundial. Aquí les dejo los lugares que no pueden dejar de visitar en la provincia de Kanchanaburi:

El Puente sobre el rio Kwai

Atardecía en la ciudad de Kanchanaburi y a pocos pasos se levanta el puente sobre el río Kwai o Khwae, al que el director David Lean y los actores Alec Guinness y William Holden, recrearon en la película The Bridge on the River Kwai. Quién no ha silbado alguna vez la melodía de la Marcha del Coronel Bogey, que los prisioneros silbaban al desfilar de vuelta al campamento. La película recrea la historia real de la construcción de la línea del ferrocarril de Birmania o más conocido como el ferrocarril de la muerte de 1942 a 1943. El puente de 300 metros de largo fue construido por prisioneros de guerra de los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, y formaba parte de un proyecto destinado a unir Tailandia y Birmania, la actual Myanmar.

En la construcción de esta línea murieron más de 100.000 civiles asiáticos, y 12.000 prisioneros de guerra de los países aliados, a consecuencia de las horribles condiciones en las que trabajaban. Aunque el puente ha sido reconstruido debido a los bombardeos aliados, solo han sobrevivido los arcos exteriores de la estructura original. En la actualidad todavía quedan 77 kilómetros de esta línea ferroviaria, e incluso se puede viajar por la misma desde Kanchanaburi hasta Nam Tok.

Cruzar el puente a pie es una sensación rara, si se conoce la historia, muchos vienen aquí a contemplar la puesta de sol o atraídos por las imágenes de los instagramers o influencers de turno, sin entender la historia de la barbarie cometida, banalizan su simbología. Pero mayor es la sensación, si de repente oyes sonar la bocina del tren y lo ves acercándose, lentamente, pero de manera inexorable y corres a situarte en uno de los apartaderos que hay en el puente, para verlo pasar a pocos centímetros, muchos pasajeros son turistas que recorren la línea hasta el pueblo de Nam Tok como siguiendo un ritual

El Museo del Ferrocarril de la Muerte

Si deseas conocer más sobre este ferrocarril, su historia y las condiciones en las que trabajaban los prisioneros de guerra, así como el testimonios de algunos de los supervivientes y el papel de Kanchanaburi durante la Segunda Guerra Mundial, además de salas donde se exponen objetos originales de aquella época, éste es tu sitio, en la calle Saeng Chuto Road.

El Cementerio de Guerra de los Aliados

Justo enfrente del museo se extiende el Kanchanaburi War Cemetery, también conocido como Don Rak . Una explanada de césped muy bien cuidado rodeado por un seto y abierto en una puerta de tres arcos se alinean unas 6982 lápidas. En en su mayoría, se enterró a prisioneros del bando aliado tras recuperar sus restos de las fosas comunes a lo largo del trayecto del tren, la mitad de los soldados presos eran británicos, y el resto australianos y holandeses.

El Night Market de Kanchanaburi

El mejor lugar para tomar el pulso de una ciudad está en sus mercados en este caso el Mercado Nocturno, abre todos los días desde las 17:30 h. Una zona de puestos callejeros, al lado de la estación de tren, y en la Saeng Chuto Road. Aquí encontrarás todo tipo de productos: zapatos, ropa, bolsos, artículos de belleza, artículos de ferretería, accesorios para móviles, películas en dvd, piercings, perfumes, y mucho más.

Justo al lado se agrupan los puestos de comida, donde puedes encontrar alimentos de todo tipo, desde las típicas brochetas, las alitas de pollo, los curries de todo tipo, ensaladas, frutas y dulces, calderos que rezuman olores increíbles, vísceras y mis preferidos los snacks de insectos

El templo Wat Tham Suea o de la Cueva del Tigre

Este templo budista se sitúa a unos 14 kilómetros al sur del centro de la ciudad sobre una colina desde las que se tienen unas vistas panorámicas magníficas de la región y los campos de arroz. La leyenda cuenta que una de las cuevas estaba habitada por tigres, ahora cerradas al público.

El acceso se puede realizar por unas largas y coloridas escaleras protegidas por dos nagas que conducen a la parte superior, aunque también es posible subir con un pequeño y traqueteante funicular por 10 bahts2023.

Una vez arriba, quedas atrapado por la imagen de un Buda, cubierto de mosaico de oro, de unos 18 metros protegida por una especie de concha.

En la parte inferior de la gran estatua hay otras pequeñas imágenes de Buda donde los locales hacen ofrendas en forma de flor de loto, incienso y hojas de oro. También cuenta con una especie de carril con unos cuencos donde depositar donativos en forma de monedas.

Sin embargo hay muchos más edificios de gran interés. El primero y donde llega el funicular es una gran estupa de casi 70 metros de altura. Una escalera en el interior del edificio conduce a la cima, divididos por niveles, los cuales tienen cada uno filas de estatuas de Buda y múltiples ventanas.

A la derecha de la estatua hay dos templos, mezcla de estilos tailandés y chino, donde los fervorosos creyentes realizan plegarias y ofrendas.

Wat Tham Khao Noi o de la Cueva de la Pequeña Colina

En la misma colina junto al Wat Tham Sua, pero separado por un muro y alambre de espino se encuentra este otro templo budista. Por tanto, debes bajar y acceder por la carreta al Wat Tham Khao Noi, que significa Templo de la Cueva de la Pequeña Colina. En seguida llama la atención la pagoda de estilo chino de 7 pisos. El templo pertenece al culto del Budismo Mahayana en estilo chino, establecido en 1883.

En la planta baja hay varios edificios interconectados por escaleras que suben y bajan a diferentes oratorios y salas, con diferentes esculturas budistas chinas como Guanyin.

Subiendo se llega hasta la pagoda a la cual también se puede acceder y disfrutar de unas fantásticas vistas de todo este complejo budista, de los campos de arroz y las montañas de fondo.

La anécdota la pusieron los monjes del templo que cuidaban de un pequeño rebaño de bueyes y se partieron de risa cuando les imitaba a un torero, dándoles pase de capote imaginario y diciendo ole, ole…jajaja

El Templo de Wat Ban Tham o Templo del Dragón Dorado

Se encuentra en la rivera del Río Mae Klong a unos 15 km de la ciudad. La primera imagen es impactante un dragón multicolor que sale de la montaña y te mira con cara de pocos amigos.

Desde la base, unas largas escaleras te conducen hasta la misma boca del dragón, la cual has de traspasar como si te engullera y seguir ascendiendo por el interior del cuerpo del dragón, pintado con distintos motivos y escenas de un poema del folclore tailandés,  Khun Chang Khun Phaen.


Una vez se sale del dragón, las vistas sobre el río y los alrededores son realmente bonitas. Seguimos subiendo por la escalera hasta llegar a la entrada de la cueva

En el interior vemos una gran caverna de altos techos con un gran Buda rodeado de pequeñas imágenes, también de budas, ocupando el espacio principal. Desde este punto se puede continuar subiendo hasta llegar a la cima por una escalera de caracol. También se venera la imagen de una mujer pintada en una estalactita, se dice que alberga el espíritu de Bua Kli, una de las muchas consortes de Khun Paen, legendario gobernador y héroe épico e invencible de Kanchanaburi, irresistible en el amor y hábil en la magia. Cuando Bua Kli murió durante el embarazo, Khun Paen extrajo al niño no nacido para hacer un gumanthong, un poderoso talismán que hace que su portador sea inmune a todas las armas. El lugar se llena de juguetes y otras ofrendas de niños buscando la fertilidad o la abundancia en descendientes.

Wang Hip Cemetery Park


En dirección hacia el Templo del Dragón Dorado, encontramos este espectacular cementerio chino llamado Wang Hip Cemetery. Cada una de las tumbas se ubica bajo un montículo de césped. Según la tradición china, un cementerio es el último hogar después de la muerte. El lugar es espectacular hermoso, conmovedor, porque el río representa la riqueza que fluye, cuanto más violentamente serpentea, mejor, más rico se vuelve. En la parte posterior, hay montañas densamente elevadas que indican una estabilidad permanente. El color verde representa la fertilidad y la felicidad que desborda riqueza, prosperidad y brillantez. Los dos lados de la tumba representan dos brazos cálidos en un poderoso abrazo.

Giant Monkey Pod Tree

El Giant Monkey Pod Tree es un acacia que tiene más de 100 años y es considerada sagrada. Su tronco mide casi 15 m de diámetro y tiene una altura de más de 20 m. Pero el diámetro de su copa es más brutal unos 50 m. Una pasarela elevada circunvala el árbol para que los visitantes no caminen sobre sus raíces.

Puente Tham Krasae

Uno de los tramos de la línea ferroviaria más espectaculares por el entorno donde se encuentra sobre el río Kwai, es el Tham Krasae Bridge, situado a unos 50 kilómetros de Kanchanaburi. De hecho, se trata del puente ferroviario más largo de Tailandia y uno de los tramos más famosos del ferrocarril de la muerte, que como se puede observar mantiene la estructura de madera.

Hay que estar vigilante porque los trenes siguen pasando, como ya les hemos contado al comienzo de la entrada. Además los que tengan vértigo absténganse de intentarlo ya que la vía está suspendida a varios metros de la rivera del río y tienes que ir literalmente paso a paso por las vigas de madera separadas entre sí, y sortear a los turistas que se cruzan contigo. El paisaje es absolutamente embriagador, te deja absorto contemplando el meandro que hace el río en este punto y el fluir tranquilo de las aguas, realmente impresionante.


Al comienzo de las vías se encuentra una cueva que alberga en su interior el templo Wat Kra Sae Cave, con varias imágenes de Buda y un pequeño altar. Además, si te atreves a traspasar una pequeña cavidad que permite recorrer el interior, disfrutaras del paisaje de estalagmitas y estalactitas, eso sí lleva linterna. Se dice que la cueva se utilizó como campamento y hospital para los soldados japoneses. 

Parque Nacional de Erawan


A 75 kilómetros de Kanchanaburi se encuentra el impresionante Parque Nacional de Erawan, en la cordillera de Tenasserim Hills, se extiende desde el río Huai Mong Lai hacia una montaña de 2100 metros de altura. La cascada tiene 1500 metros de largo y siete niveles. Fundado en 1975 cubre un área de 550 km². La principal atracción del parque son las Cataratas Erawan de 7 niveles con estanques de color verde esmeralda donde se puede nadar. También hay varias cuevas impresionantes. El parque y las cataratas llevan el nombre del elefante blanco de tres cabezas de la mitología hindú. Se dice que el nivel superior de las cataratas se asemeja a una cabeza de elefante.

Después de pagar el ticket de entrada de 300 bath2023 por adulto y los 30 baht2023 para el automóvil toca dar un pequeño paseo de 500 unos metros desde el área de estacionamiento y centro de visitantes hasta las primeras cascadas. El parque consta de colinas de piedra caliza, llanuras y varios arroyos, con bosques caducifolios mixtos y siempreverdes secos. Para nadar en las pozas es obligatorio alquilar un chaleco salvavidas ( 20 bath).

Todos los niveles son accesibles por una serie de senderos y pasarelas hasta el sexto nivel. Los primeros dos niveles son de fácil acceso para la mayoría de las personas. Aquí hay aseos, duchas, vestuarios y restaurante. La comida está estrictamente prohibida más allá del segundo nivel, incluso cobran una tasa de 20 baht por botella de cualquier bebida que se puede reembolsar cuando se devuelven. 

La primera cascada se denomina Lai Kun Rang y se encuentra a 20 m, es de fácil acceso.

La segunda se encuentra a 170 m y se denomina Wang Mat Cha, aquí nos bañamos porque la poza era mayor y aunque había gente no estaba abarrotado, además hay una pequeña cueva debajo de la cascada. De repente sentíamos pequeños mordiscos en las piernas, tras el susto inicial, recordamos las piscinas de peces que limpian las pieles muertas por todo el Sudeste Asiático, aquí las teníamos gratis.

Para llegar a la tercera cascada, de nombre Pha Nam Tok se debe ascender hasta los 220m. Una cascada tranquila rodeada por una pared rocosa y vegetación exuberante, poco profunda, ideal para el baño.

La cuarta es la Oke Nang Phee Sue, a 550 m. Aquí hay rocas desde donde la gente se lanza o cae resbalando, si hubiesen estado Dani e Ire, seguro que hubiesen saltado y disfrutado mucho. El acceso nos pareció algo dificultoso y decidimos no bañarnos.

La siguiente cascada se encuentra a 1120 m, y para llegar a ella, se ha de subir algunos tramos empinados de escaleras, a través del bosque y cruzar pequeños puentes sobre los torrentes que van erosionando el terreno de caliza. El calor sofocante, debido a la humedad del ambiente, y los 34 ºC hace que este tramo te lo tomes con mucha calma, ya que puede ser bastante agotador.

Por el camino nos encontramos con un árbol sagrado donde hay varios percheros y maniquíes con vestidos con ropa tradicional tailandesa. Los han colocado allí para aplacar a los fantasmas y espíritus que los tailandeses creen que habitan en el bosque.

Esta quinta catarata es impresionante y está rodeada de árboles y formaciones rocosas, se denomina Buar Mai largo. Llegados a este punto y después del chapuzón merecido decidimos regresar. Aún quedaban dos niveles más, el 6º y 7º, Dong Pruk Sa (1420) y Phu Pha Erawan (1550). El agua se nos había acabado y habíamos leído que el camino era mucho más exigente, con zonas de escalada por rocas resbaladizas y senderos con poca señalización, además las fotos de las siguientes pozas tampoco invitaban a tal esfuerzo.