Este viaje tiene su origen en mi hijo Daniel que nos preguntó si hacíamos un viaje en familia a alguna parte del Mundo, en el puente de Diciembre2022. Claro que el Mundo es muy amplio, pero había algunas premisas restrictivas; no teníamos más de 10 días y no podíamos repetir. Así que, desechamos Asia, Oceanía, América, partes alejadas de África y nos centramos en Europa, descartamos Laponia (temperaturas muy frías y demasiado costosa) y decidimos ir a Alemania, un recorrido por la Selva Negra. Con el aliciente añadido de los Mercadillos de Navidad como telón de fondo, el vino caliente, las currywurth, etc, etc.

Pero antes de comenzar con ese recorrido por los pueblos más bonitos de la Selva Negra teníamos que llegar a Alemania. Decidimos encontrarnos en la ciudad de Frankfurt, que Irene no conocía. Así pues, nosotros tres desde Tenerife y Daniel desde Madrid, aterrizamos en el aeropuerto de Frankfurt Meno, Rhein-Main-Flughafen, donde alquilamos un coche a través de Rentalcars, con la empresa Enterprise, para iniciar nuestra aventura. Esta entrada la dedicaremos a las ciudades de Frankfurt y Heidelberg que visitamos antes de llegar a los pueblos de la Selva Negra.

Frankfurt, capital económica y financiera de la UE

A Frankfurt, también se la denominan Fráncfort del Meno, por el río que la atraviesa, el Meno. Según la wikipedia «su nombre aparece por primera vez mencionado en el año 794. Desde la Alta Edad Media fue Ciudad Imperial Libre, hasta 1806 era la ciudad en que se elegía al emperador y desde 1562 también la ciudad en que se coronaba al emperador alemán del Sacro Imperio Romano Germánico. Entre 1816 y 1866 fue sede de la Confederación Germánica y en 1848/49, del primer parlamento alemán libremente elegido«. Actualmente es la ciudad más poblada e importante del estado federado de Hesse, sede del Banco Central Europeo (BCE), del Deutsche Bundesbank y de la Bolsa de Frankfurt, con esta descripción parecería una ciudad fría, gris, sería, llena de ejecutivos trajeados, pero no, todo lo contrario y menos en las fechas navideñas. Recorramos algunos de sus lugares más emblemáticos.

1. La Hauptwache

Una enorme plaza que bien podría considerarse como el paraíso de las compras, puerta de entrada a la zona comercial de Frankfurt, con dos de los centros comerciales más destacados, los Almacenes Kaufhof y el Centro Comercial MyZeil, con su edificio modernista. En ambos se puede subir a la terraza y disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad. La plaza ha sido reformada en varias ocasiones sobre todo después de la II GM. Actualmente, se caracteriza por una terraza hundida que desciende a una zona peatonal subterránea con tiendas y la estación del transporte público. La denominan Das Loch, el agujero. En el centro de la plaza se levanta un edificio barroco, el Café Hauptwache, que da nombre a la plaza, construido en el año 1730. Fue prisión, comisaría y desde 1904 alberga una cafetería. Otro de los edificios de la plaza es la iglesia evangelista, Katharinenkirche o de Santa Catalina construida en el año 1681 y reconstruida en 1954.

2. El Palais Thurn und Taxis y la Eschenheimer Turm

Al Palais Thurn und Taxis también se le denomina Palacio Federal, perteneció a la familia del mismo nombre, construido en el primer tercio del s. XVIII, demolido y vuelto a reconstruir tras la II GM, fue sede de la Oficina de Correos Imperial, residencia del Príncipe Primado, sede del Bundestag, museo, centro de telecomunicaciones y actualmente alberga una amplia variedad de eventos, hoteles, restaurantes, puntos de venta y oficinas. Al final de la calle vemos la esbelta torre medieval, Eschenheimer Turm, de 47 m. de alto y ocho pisos que fue construida en el s XV como puerta principal de acceso a la ciudad, aunque hoy en día ya no queda nada de las muralla ni de las defensas fortificadas.

3. La casa de Goethe

La casa y museo de Goethe es el lugar donde nació y vivió el escritor Johann Wolfgang von Goethe. Junto a la casa está el Museo Goethe, donde funciona una biblioteca y se exhiben pinturas y documentos relacionados con el escritor. Este es considerado uno de los principales escritores en lengua alemana y un destacado exponente del Romanticismo. Se dice que aquí nacieron  sus dos obras más famosas, «Werther» y «Fausto«.

4. Oficina del Registro Civil y Langer Franz

Entramos en la zona medieval, la que aún conserva ese sabor de Alstadt o Ciudad Vieja, el edificio administrativo del ayuntamiento, el registro civil, Standesamt Mitte, ocupa toda una manzana, en ladrillo rojo y estilo medieval con la torre Langer Franz a su lado.

5. La Iglesia de San Pablo

Ubicada en la Paulsplatz, la Iglesia de San Pablo o Paulskirche, fue iglesia protestante neoclasicista inaugurada en 1789, hoy ya desacralizada, Es uno de los edificios de mayor valor simbólico de toda Alemania, ya que fue ahí donde se reunió el primer parlamento democrático de la república, luego de la revolución de 1848, y donde fue creada la primera Constitución Democrática de la república. En la época navideña se monta un mercadillo navideño espectacular.

6. Plaza Römerberg

Podemos decir que la plaza Römerberg es el verdadero corazón de la ciudad antigua o Alstadt, y uno de los símbolo característicos de Frankfurt. Está rodeada de hermosas casas de entramado de madera y colores vivos de los s XV y XVI. Donde sobresalen el Römer o Ayuntamiento, lugar de coronación de reyes y emperadores, la Iglesia de San Nicolás, luterana y medieval del s. XII y la Fuente de la Justicia de 1543, situada en el centro de la plaza. La estampa no sería perfecta sin el mercadillo de navidad que se monta todos los 15 de Diciembre y que le confiere un halo de mágica ensoñación.

7. Catedral de Frankfurt o Kaiserdom

Las altas torres de estilo gótico en arenisca roja de la Catedral o Colegiata San Bartolomé (Kaiserdom St. Bartholomäus) son punto de referencia en la ciudad. Construida entre los siglos XIV y XV, destaca por su vertiginosa fachada y por su torre de 95 m de altura. Lugar de visita obligada es la capilla Wahlkapelle, espacio de unción y coronación de los emperadores ante el altar central, donde se cree que está parte de la cabeza consagrada de San Bartolomé.

8. El Puente Eiserner Steg y los Museos

El Puente de Hierro o Eiserner Steg, que cruza el río Meno, es otro de los íconos de la ciudad y aunque originalmente se construyó en el año 1868 fue también reconstruido después de los bombardeos. Cargado de candados ofrece unas espléndidas vista de ambas orillas ajardinadas del río. Donde generalmente podemos ver a gente paseando, haciendo deporte o incluso pequeños picnics. Si eres un amante de los Museos, en estas orillas podrás disfrutar de al menos 15 de ellos.

9. El Skyline de Frankfurt

Los habitantes de Frankfurt o  francfortés se vanaglorian de tener el mayor skyline de Europa y coloquialmente lo denominan Mainhattan, en un claro juego de palabras.  Hay más de 30 edificios que superan los 100 m de altura, pero el edificio más alto es el Europaturm, de 337 m, sin embargo el que más destaca, es la Main Tower (200 m), el único rascacielos de la ciudad al cual se puede acceder y visitar su terraza panorámica.

10. Willy Brandt-Platz y Banco Central Europeo

La plaza Willy Brandt, se encuentra en el centro del distrito financiero, con esculturas y una fuente de estilo modernista, aquí vemos el famoso Símbolo del Euro, realizado por de Ottmar Hörl. Por supuesto que Frankfurt tiene más lugares que visitar como el barrio Sachsenhausen, La Opera, el edificio de la Bolsa, el jardín de las Palmeras, el Cementerio judío, etc…pero siempre se puede volver y nuestro viaje continua hacia la ciudad de Heidelberg.

Heidelberg, la ciudad Universitaria

Han tenido que pasar 36 años para volver a cruzar el río Neckar, por su antiguo Puente Viejo o Karl Theodor y traspasar las Puerta de Carlos, para entrar en la ciudad de Heidelberg, como en nuestro primer Viaje con Nosotros 1986, que dio inicios a todos nuestros viajes. Aquel año, nos acompañaban Tino y Manolo, hoy lo hacían Irene y Daniel. Enumeraremos los mejores rincones que ver en esta ciudad de cuento.

1. El paseo de los Filósofos

Tal vez sea lo mejor empezar por este paseo que antiguamente solo era un camino entre viñedos que frecuentaban los profesores y filósofos en busca de retiro y tranquilidad para poder pensar y reflexionar. Hoy en día se ha mejorado con jardines y placas informativas para disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad con el puente y el castillo al fondo. Una estampa única de una ciudad que parece extraída de un cuento. Aunque el ascenso a la colina es algo empinado en sus comienzos luego las vistas te hacen olvidar el esfuerzo.

2. Alte Brücke Karls-Theodors Brücke

El Puente Viejo construido en 1786, donde antes hubo otros, por orden del príncipe elector Carlos Teodoro. Se realizó en arenisca roja con nueve arcos y se añadieron varias estatuas como la de la diosa Atenea o la del propio Carlos Teodoro. Pero si hay una figura especial esa es la estatua del Mono del puente, en alemán Brückenaffe. La tradición dice que si lo tocas tendrás buena salud y volverás a la ciudad, aunque la mayor parte de la gente mete la cabeza literalmente dentro de la del mono.

3. Marktplatz

La Plaza del Mercado o Marktplatz, se remonta al s. XIII y desde entonces, semanalmente, se monta un mercadillo de productos frescos y de temporada, que tiene su punto álgido en el invierno con el Mercadillo Navideño. En el centro destaca la Fuente de Hércules o Herkulesbrunnen, que se construyó entre 1706 y 1709 para conmemorar la reconstrucción de la ciudad después de la Guerra de los Nueve Años. Rodeada de edificios históricos con fachadas impresionantes, donde destaca la del Hotel Zum Ritter o Casa del Caballero, construida en 1592 en estilo del renacimiento tardío, de color rojizo y recargada decoración, que incluye numerosas figuras y elementos decorativos En el lado este se levanta el ayuntamiento o Rathaus y en el lado contrario la Iglesia del Espíritu Santo.

4. La Iglesia del Espíritu Santo

La Iglesia del Espíritu Santo o Heiliggeistkirche, se construyó entre 1398 y 1515 en estilo románico y gótico, de planta basilical, donde destacan sus galerías elevadas. Lugar de enterramiento de los príncipes electores, hoy solo queda la tumba del fundador de la iglesia, Ruprecht III. Como anécdota curiosa, la iglesia estuvo separada por un muro que permitía tanto el culto católico como protestante, éste se elimino en 1936  y la congregación ahora es únicamente protestante. Se puede subir a su campanario para ver la ciudad desde las alturas.

5. La calle Hauptstrasse

Se trata de la calle comercial más importante de la ciudad, la cual atraviesa todo el Altstadt. Comienza en la Karlstor, una puerta de entrada o arco de Triunfo del siglo XVIII, atraviesa la plaza del Mercado y termina en la plaza Bismarck, un recorrido peatonal de más de 1600 m. Una de las paradas obligatorias está en la tienda de artículos navideños situada en el nº 124, la Käthe Wohlfahrt. A lo largo de la calle también hay otros edificios emblemáticos, como la Iglesia de la Providencia o Providenzkirche, la Casa del Gigante o Haus zum Riesen, un bonito palacio barroco que data siglo XVIII, o el Palacio Morass, en el que se encuentra el Museo del Palatinado o Kurpfälzisches.

6. la Antigua Universidad de Heidelberg

Situada en la Plaza de la Universidad o Universitätsplatz, es la universidad más antigua de Alemania, fundada en el año 1386. El antiguo edificio cuenta con un Museo y el Rectorado. Además el complejo universitario alberga una de las bibliotecas más antiguas y la iglesia Peterskirche, de estilo neogótico, la más antigua de la ciudad, construida a finales del siglo XII, usada como una capilla universitaria, albergando el entierro de más de 150 rectores y profesores. Aunque el lugar más curioso es la Studetenkarzer o Cárcel de Estudiantes. Lugar donde enviaban a «reflexionar» a los alumnos que se metían en peleas, robaban o se emborrachaban. Estaba cerrada en nuestra visita.

7. La Jesuitenkirche

Contigua a la universidad, la iglesia denominada Iglesia Parroquial del Espíritu Santo y San Ignacio perteneció a la orden jesuita, construida a partir de 1712, en estilo barroco. Cuenta con una fachada a dos aguas y en su interior destaca una sala con pilares de tres naves donde predomina el blanco. Habían dispuesto un belén un tanto curioso formado por personajes y hechos relevantes de los últimos años, muy reivindicativo.

8. Karlsplatz o Plaza de Carlos

La plaza fue construida en 1805 en el lugar en el que se encontraba un monasterio franciscano demolido. Hay una fuente en el centro de la plaza que recuerda al humanista y cosmógrafo Sebastian Münster. En la Karlsplatz se encuentra la Academia de Ciencias de Heidelberg y el Palais Boisserée. La posada Zum Seppl, construida en 1634, y la Zum Roten Ochsen, construida en 1703 fueron dos pensiones en las que se alojaron y comieron varias generaciones de estudiantes. Pero hoy todo quedaba difuminado por el mercadillo de navidad y la pista de patinaje que habían montado.

9. La Kornmarkt

Muy cerca de la Karlsplatz y de la entrada al funicular, está la Plaza del Grano, una de las plazas principales que hay en el centro histórico. Durante la Edad Media era aquí donde se realizaba el antiguo mercado de cereales. Hoy día lo más destacable de la plaza es una bonita estatua de la Virgen María construida, en 1718, por los jesuitas, llamada Madonna y un perfecto encuadre del castillo entre los edificios.

10. El Castillo de Heidelberg

El Castillo o Schloss de Heidelberg, se alza en la ladera del monte Königstuhl, dominando la ciudad, silencioso pero vigilante del hormigueo incesante que ocurre a sus pies. Su origen suele datarse en el siglo XIII, aunque posteriormente se ha ampliado, destruido y reconstruido en varias ocasiones hasta su actual estado de conservación. Fue residencia de Condes Palatinos, durante la dinastía Wittelsbach.

Para acceder al castillo se puede hacer caminando, en coche, guagua o en el Heidelberger Bergbahn, un funicular de dos secciones, cuya primera sección va desde una estación inferior en Kornmarkt, hasta la estación intermedia en el castillo, Molkenkur y luego hasta una estación superior en Königstuhl, la cima de la Montaña de mismo nombre. La entrada al castillo incluye el ticket del viaje en funicular. Las vistas de la ciudad y del río Neckar son impresionantes. Lo primero que vemos es el Stückgarten, un antiguo terraplén para la artillería, con un bastión redondo, Rondell, que se usa como mirador sobre la ciudad. Al fondo se alza el Dicker Turm, un torreón de 30 m de diámetro, medio demolido. Desde aquí vemos el foso y la parte exterior de los edificios de; el Englischer Bau, del siglo XVII, el Frauenzimmer Bau o de las Damas, la Bibliothek, de 1540 y la puerta principesca, Elisabethen Tor, un regalo de Friedrich V a su esposa Elisabeth Stuart por su cumpleaños en 1615.

La entrada se realiza por la puerta, Torturn, que nos da la bienvenida a un grandioso patio gótico-renacentista, el patio principal del castillo. Aunque la mayoría de los edificios están en ruina y solo quedan partes de las fachadas el conjunto es espectacular. El edificio que se ve enfrente es el Friedrichs Baum, de estilo renacentista, s. XVII. A su derecha vemos la impresionante fachada del Ottheinrichs Bau, con las magníficas esculturas que la adornan, data de mediados de siglo XVI.

Debajo de las escaleras renacentistas del Ottheinrichs Bau, encontramos el acceso al Museo de la Farmacia Alemana que se encuentra en el sótano desde 1958. La exposición recoge los interiores completamente conservados de las farmacias históricas de los siglos XVII al XIX. El recorrido va desde los armarios pintados de las antiguas farmacias de los monasterios hasta las magníficas farmacias del período barroco y los elegantes muebles del período Biedermeier. La colección de valiosas vasijas de farmacia hechas de vidrio, loza y mayólica pintada de vivos colores es impresionante y todo tipo de equipamiento de boticario y laboratorio.

Otro de los lugares a visitar es la Bodega del castillo, aquí encontramos el Grosses Fass, el barril más grande del mundo, caben más de 220.000 litros de vino y en el que se tuvieron que utilizar 130 troncos de roble. Fue mandado a construir por el príncipe elector Karl Theodor y cuenta con una pista de baile en su parte superior.

Por último, visitamos la Sala del Rey o el Mirador, que cuenta con unas vistas espectaculares de toda la ciudad, con la impresionante iglesia Heiliggeistkirche, los tejados rojos de los edificios y las colinas del bosque de Odenwald al otro lado del río Neckar.

No podíamos irnos de Heidelberg sin pisar alguna de sus tabernas, pubs, cervecerías o posadas. Elegimos Vetter’s Alt Heidelberger Brauhaus, cerca de la iglesia Heiliggeistkirche, muy popular entre la juventud, suele estar a tope, pero pudimos disfrutar de la típica cocina alemana y de unas buenas birras artesanales. Y Prost!, ¡mirando a los ojos!, que no se te olvide.