Después de buscar diferentes destinos y precios decidimos que la Semana Santa de marzo de 2016 la pasaríamos en Sicilia. Programamos 6 etapas; Palermo; Selinute-Erice-Segesta; Agriento-Villa-Casale-Ragusa-Módica; Noto-Siracusa; Taormina y Cefalú-Monreale-Cinisi. Alquilamos un coche en rentalcars(200€/7días) y volamos con Ryanair; TFS-Pisa (150€/pp) y Pisa-Palermo (50€/pp). Seleccionamos los B&B con Booking (9).
Aterrizamos muy temprano en el aeropuerto de Palermo, Falcone-Borselino, un shuttel bus te lleva a la zona de los “renta cars” donde recogimos nuestro Ford Fiesta diesel. Salimos a la autopista A29, unos 35 km hasta la capital. Nuestro gpsnos comenzó a dar problemas pero así y todo llegamos a nuestro primer destino las Catacumbas de los Capuchinos.
Habíamos oído hablar mucho de este espeluznante y tétrico lugar, donde los cadáveres previamente embalsamados son expuestos en unas galerías, dispuestos en urnas o directamente colgados de las paredes. Para más “inri” los cadáveres están organizados por gremios, los militares, los curas, los oficios, etc…también hay familias y destaca la cripta de la niña Rosalia de Lombardo, cuyo secreto de embalsamamiento se lo llevó a la tumba un médico local. Ciertamente es gracioso ver los cadáveres ataviados con sus ropas de domingo, o simplemente en pijama y pantuflas, con sus gestos de dolor o placidez según la muerte les llegó.
Tuvimos suerte de llegar en domingo y poder aparcar gratis, dejamos nuestros bártulos en el B&B Cassaro261 a pocos metros de Quattro Canti, también llamada Piazza Vigliena, donde el virrey español construyó cuatro palacios barrocos cuyas fachadas están divididas en tres secciones y en cada una de ellas hay estatuas, columnas de los tres órdenes y fuentes que simbolizan los cuatro estaciones. Las estatuas centrales representan a los cuatro Reyes españoles de Sicilia (1282-1860).
Continuamos nuestro periplo por la cercana Piazza Pretoria con su maravillosa y escultural fuente de tres niveles concéntricos, donde mana el agua con la gracilidad de las estatuas que representan a los antiguos cuatro ríos de Palermo, hoy secos y animales mitológicos. Rodeada por la Iglesia de Santa Caterina y dos palacios señoriales: Palazzo Bonocore y Palazzo Bordonaro (sede del ayuntamiento), también fue llamada de la Vergüenza por la desnudez de sus estatuas.
Decidimos girar hacia el norte y dirigirnos a la Piazza Bologni, una plaza rectangular con edificios barrocos y la estatua de Carlos V. El edificio más representativo de la plaza, que abarca casi todo su lado oeste es el Palazzo Alliata Villafranca, construido por la aristocrática familia de los Bologni. Otros edificios relevantes son el restaurado Palazzo Carminello (sede de los Tribunales Militares), ubicado en el lado este de la plaza y al fondo, el Palazzo Ugo delle Favare. Aquí almorzamos en el Rte Carlo V muy correcto y el lugar incomparable.
Siguiendo por el Corso Víctor Manuel II, la principal arteria de la ciudad, se llega a la Catedral de Palermo (s.XII), en estilo árabe-normando. Ha sido muy reformada. Se accede a una gran explanada ajardinada que se halla frente a la Catedral. En la cara interior de su balaustrada hay un banco de mármol que se extiende a lo largo de todo su perímetro y en el centro se alza la estatua de Santa Águeda que la representa en el acto de derrotar a la peste.
Lo que destaca es el pórtico gótico-catalán del s. XIV compuesto de tres arcos apuntados, siendo el central ligeramente más grande, enmarcados por dos pilares y a la izquierda se alza una gran torre, que en un principio fue parte de la catedral, y que ahora pertenece al Palazzo Arcivescovile. La conexión entre ambos edificios está simbolizada por los dos arco-puentes que los mantienen unidos. La gran cúpula, en estilo neoclásico, fue a añadida al conjunto en el siglo XIX.
En la calle que separa los dos edificios, hay cuatro estatuas de los santos; San José, San Pedro, San Pablo y San Francisco de Paula esculpidas en s. XVIII, situadas sobre cuatro pilares de la balaustrada. El portal gótico-catalán substituyó el original árabe-normando en el 1353. Sobre él se encuentra un edículo que muestra una representación de la Virgen con el Niño.
Si se circunvala la catedral se llega a la fachada este donde podemos observar el exterior del ábside de la Catedral. La estructura es la original en estilo árabe-normando y las decoraciones son un raro ejemplo, en Europa, de arte fatimí. El material usado para las decoraciones, taraceas sobre piedra caliza, es piedra negra de volcán.
Si continuamos hacia el norte llegamos a Villa Bonanno, una especie de parque con árboles y palmeras donde se encuentran varios bustos y estatuas de gente ilustre con fuentes y una especie de villa romana con mosaicos antiguos.
Frente a los jardines se alza la fachada del El Palacio de los Normandos, el edificio cuyos orígenes se remontan al emirato de los aglabíes, en el siglo IX. Siglos más tarde, el normando Roger II de Hauteville, futuro Rey de Sicilia como Rogelio II, lo mandaría a ampliar y embellecer. En su interior se construyó la Capilla Palatina, en el año 1143, que destaca por ser el mejor ejemplo del estilo denominado árabe-normando-bizantino. Desde el exterior se aprecia la Torre Pisana, es lo único que pudimos ver porque estaba cerrado, otra vez será.
Al lado, situada al final de la vía Vittorio Emanuele II, se encuentra la Porta Nova, mandada construir para celebrar una victoria del rey español Carlos V. Y dicen, que estuvo en ella, en su vista a la ciudad en 1535.
De vuelta a la zona de la Plaza Pretoriaprobamos los famosos, cannoli, son los dulces típicos sicilianos: una masa frita enrollada formando un tubo relleno con una crema dulce hecha a base de ricotta, una verdadera delicia. Uno de sus secretos es que te lo rellenen al momento, para que la masa sea más crujiente.
Nos dirigimos hacia la Piazza Bellini en la que se encuentra una las joyas arquitectónica normanda, Santa Maria dell’Ammiraglio o Matorana, construida en 1143 por el almirante Jorge de Antioquía y consagrada al culto bizantino ortodoxo. La iglesia de San Cataldo (1160), ahora la sede de los Caballeros del Santo Sepulcro, destaca por sus ventanas ojivales, por las cornisas almenadas y la piedra desnuda de color miel rematadas por tres cúpulas rojas, característico de las mezquitas árabes, esto confiere a la plaza un toque exótico. Al fondo de la plaza se puede ver la fachada del Teatro Bellini, construido enteramente en madera, en 1726 y se quemó en 1964, todavía lo estaban rehabilitando.
Seguimos nuestro paseo ahora en dirección sur hacia la Piazza San Francisco, donde nos refrescamos en la Antica Focacceria San Francesco, que está aquí desde 1834, en frente la bella y armoniosa Iglesia de San Francisco de Asís, del siglo XII, con un precioso rosetón y una magnifica portada gótica que son originales del edificio.
Finalmente nuestros pasos nos llevan a la Piazza Marina, pasando por la fachada de la Iglesia de Santa Maria dei Miracoli y del Palazzo Mirto que está aquí desde el siglo XIII. En el centro de la plaza se ven los enormes árboles de la Villa Garibaldi separado de la plaza por una valla de hierro forjado, resalta un ficus gigante. La plaza está rodeada de un conjunto de palacios, entre ellos el Palazzo Chiaramonte Steri, Palazzo Galletti di San Cataldo y la fuente barroca, Fontana del Garraffo que le confieren su aspecto monumental.
En la esquina sureste se encuentra la Iglesia de la Santa María de la Cadena, en estilo gótico-catalán, s. XV, parece ser que el agua del mar llegaba hasta aquí y una cadena cerraba el puerto por las noches. Si se sigue esta vía lleva a la Porta Felice, que era lo primero que veían los marineros al llegar al puerto de Palermo. Nuestros pies ya cansados, sobre todo el de Rosi, nos llevaron al paseo marítimo con los últimos rayos de sol.
Por la noche visitamos el Teatro Massimo (1875-1897), en la Piazza Verdi se levanta la obra cumbre de Giovanni Battista Basile de líneas neoclásicas está presidido por una fachada en la que se muestra un frontispicio clásico sustentado por seis grandes columnas corintias. A pocos pasos del teatro, hay una gran zona semi-peatonal llamada Champagneria,es una de las zonas más concurridas por la existencia de clubes nocturnos, pubs, cafeterías, restaurantes y pizzerías. Cenamos por la zona de ambiente más juvenil en el Rte Da Baco, un colofón maravilloso en esta controvertida y decadente ciudad que hace esfuerzo por rehabilitarse continuamente.
07/04/2016 at 16:41
ME ENCANTA. FOTOS FANTÁSTICAS Y ESTUPENDA INFORMACIÓN
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