Allí era Indonesia, en la parte central de la Isla de Java y el templo se llamaba Borobudur. Habíamos negociado con un conductor (350.000 IDR) la visita al templo de Borobudur y templos de alrededor, Mendut y Pawon, aproximadamente 8 h. Conviene salir temprano, primero por el tráfico, los templos están situados a 40 km al noroeste de Yogyakarta, en un área elevada entre dos volcanes gemelos, el Sundoro-Sumbing y el Merbabu-Merapi, y los ríos Progo y Elo, el área es conocida como la llanura Kedu. En segundo lugar por el calor.
Borobudur, se compone de 9 plataformas superpuestas y decrecientes (cuadrangulares y circulares) que corresponden a las tres etapas necesarias para alcanzar el Nirvana; Kamadhatu, Rupadhatu, Arupadhatu. El acceso a las plataformas cuadrangulares, se realiza a través de escaleras situadas en los cuatro puntos cardinales. En estas plataformas hay dispuestos más de 2.600 paneles en relieve que narran escenas acordes a cada uno de los “mundos” a los que pertenecen. Al igual que 504 estatuas de Buda, resguardadas en nichos. En las plataformas circulares, lo que hay son estupas con forma de campana y Budas en su interior.
El monumento está dispuesto para ir recorriendo todas y cada una de las galerías de cada plataforma. La lectura de los paneles comienza por la entrada ubicada al lado este del monumento y se ajusta al pradaksina, el ritual budista de circunvalación realizado por los peregrinos que se mueven en sentido horario, dejando el santuario a su lado derecho. A intervalos regulares entre los muros de la balaustrada se abren nichos abovedados que custodian estatuas sedentes de Buda, orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. Todas lo muestran con las piernas cruzadas en postura de loto, pero cada una muestra una posición diferentes de sus manos, que transmiten significados específicos. Estas posturas de las manos se denominan ‘mudras‘.
Los relieves comienzan con los jatakas, historias sobre Buda, que van desde el nacimiento como el príncipe Siddhārtha y continúan con la historia hasta que el príncipe se convierte en Buda. Se continúa con los avadanas que son similares a los jatakas, pero el protagonista no es Bodhisattva. Los actos sagrados en los avadanas son atribuidos a otras personas legendarias. Intercalados entre los relieves hay pilastras y recuadros decorados con volutas y motivos vegetales.
Además de los Budas y de las figuras esculpidas en relieve hay otro tipo de criaturas, denominados makaras, los cuales están situados en todas las esquinas de los niveles existentes. Su función es doble, como ornamento escultórico y como sistema de drenaje para evitar las inundaciones producidas por las frecuentes lluvias en la región, para ello se ubicaron 100 caños en cada esquina del monumento.
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En este último nivel la estructura y la decoración del templo cambia de forma radical respecto a los niveles inferiores, ya no hay relieves sino estupas perforadas en forma romboidal, formando un círculo concéntrico que se cierra en el punto central con una Gran Estupa. Hay 72 estatuas de Buda, semiocultas en sus respectivas estupas de forma acampanada, están dispuestas en forma hierática en postura de loto y dan la impresión de estar meditando.
Una de estas estupas ha sido desmontada para que pueda admirarse el Buda que esconde en su interior. Si eres capaz de abstraerte de todos los ruidos y miras fijamente el rostro de Buda verás que refleja una paz interna y una serenidad total. Otra de las estupas ha concitado la tradición de quien introduzca el brazo por una de las perforaciones romboidales de la celosía y consiga tocar la punta de los dedos de la estatua de Buda que hay dentro, le serán concedidos sus deseos.
Voy a citar unas frases que leí en alguno de los miles de blogs sobre Borobudur que consulté para organizar el viaje. Una vieja metáfora budista que compara la mente humana con un estanque de agua, dice: «solo cuando las ondas y turbulencias de la superficie se inmovilizan podemos ver repentinamente el fondo del estanque; del mismo modo, solo cuando la mente se serena y aquieta el flujo turbulento de los deseos, por medio del yoga o la meditación, el ser humano puede distinguir con claridad su propia esencia interior».
A pesar del sol y del enorme río de gente, dejar Borobudur, es alejarnos de esa paz y serenidad que este monumento impregna. Cuando consigues sortear las miles de tiendas de souvenir, por las que te hacen circular de forma obligada, para alcanzar la salida y el aparcamiento donde nuestro conductor nos esperaba. Podemos continuar con nuestra visita a los demás templos de la meseta Kedu.
Recorremos unos tres kilómetros en dirección al pueblo de Mendut en la localidad de Muntilanen el distrito de Magelang al este de Borobudur. El templo de Mendut es el más antiguo de los tres templos que curiosamente están alineados, Pawony Borobudur. Existe una relación religiosa mutua entre los tres templos. En la actualidad, durante la luna llena del mes de mayo, los budistas en Indonesia y los de todo el mundo celebran el ritual anual del Vesak (fecha del nacimiento, de la iluminación y de la muerte Siddhartha Gautamá, Buda). Aquí van caminando en procesión haciendo ofrendas en cada uno de los templos, empezando por Mendut pasando por Pawon y terminando en Borobudur.
Pasamos a la cámara interior, huele a humedad y es bastante oscura. Tiene forma cuadrada y en la penumbra, cuando tus ojos se acostumbran, se vislumbra tres grandes estatuas algo deterioradas: La estatua central, de 3 metros de altura, es la del Buda Shakyamuni, está sentado con las piernas cruzadas en la postura de dharma chakra mudra; es decir, enseñando la rueda de la vida. En el lado izquierdo está el Buda Lokesvara, en la postura de abhaya mudra que representa la protección y la bendición, y a la derecha el Buda Vajraponi en la postura maitreya mudra, salvador de los seres humanos para el futuro.
24/10/2015 at 16:42
Preciosa isla y muy bien explicado todo
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