Imposible, imposible, me ha sido imposible llevar al día el blog del viaje, ya sea porque no encontramos wifi, ya porque llegabas muy cansado o no estaba inspirado para escribir, el hecho es que no he podido relatar el viaje en directo, así que lo haré en diferido, aunque pierda frescura y expectación. Ahora desde la distancia, Ayutthaya se merecía un día completo, ya que no visitamos todos sus monumentos, hubiese sido preferible ir por nuestra cuenta.




 

Y así lo hicimos en nuestra visita a Sukhotai, la dueña del homestay nos consiguió los billetes (400 bath c/u) de la guagua y un tuc-tuc nos llevó hasta la estación de guagua, que quedaba perdida en las afueras. El trayecto duró 7 horas con paradas para almorzar y aguas menores.

 




 

La parada de guaguas de Sukhothai, está también en las afueras de la ciudad nueva. En el exterior de la estación hay una parada de songthaews, se reconocen por su color rojo y te llevan al centro por 20 BTH. Nosotros regateamos con un taxi (100 bath) que nos llevó directos al hotel, “Ruean Thai hotel”.

 





















El resto del día lo dedicamos al relax en la piscina del hotel, escribir el blog, leer  y organizar la visita del día siguiente a la ciudad antigua. El Reino de Sukhothai, “El Amanecer de la Felicidad”, que es su traducción, existió de 1238 hasta el 1438 d.C., cuando fue absorbido por el Reino de Ayutthaya. La Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1991. De los distintos reyes que gobernaron el imperio de Sukhothai, el más importante fue el tercero, el Rey Ramkamhaeng. Este rey fue el creador del alfabeto tailandés y estableció el “budismo theravada” como la religión del reino.














 




El recinto arqueológico está a 12 km de la ciudad nueva. El transporte nos dejó delante del alquiler de bicicletas, en frente a la entrada al parque arqueológico. El parque se divide en 5 zonas, y pagas por cada una en la que entres. La entrada al parque cuesta 100 THB por cada zona. Se puede pedir una audio-guía en inglés que va explicando la historia de cada una de las ruinas (300 THB). También hay un trenecito que traslada por el interior del parque


 



Si bien la zona central puede ser visitada a pie, las demás quedan alejadas y es necesario un vehículo para desplazarse hasta ellas. Un consejo fundamental es llevar bastante agua, ya que en el recinto, aunque encuentras algunos puestos diseminados, éstos no están indicados en el plano que te suministran y los precios son altos.














 



Nosotros alquilamos las bicis por 30 THB c/u para todo el día. Se deben revisar bien las bicis ya que muchas son viejas y algunas se encuentran en malas condiciones. Comenzamos nuestro pedaleo por la zona central, bastante grande, delimitada por murallas concéntricas y un foso rectangular. A este recinto se le denomina Ciudad Real, y dentro de él se encuentran muchas de las ruinas más importantes de toda la ciudad.



















 








 



El primer templo que visitamos fue el Wat Sa Si (s.XIV), rodeado por un inmenso lago lleno de nenúfares. Se accede a través de un puente que nos lleva a una imagen de un buda de pie simulando la actitud de caminar, se le conoce como «el buda de pie» que simboliza la protección y liberación del miedo. A continuación nos encontramos con un Wiharn o Vihara (recinto o templo) que alberga a un Chedi y una sala de ordenación llamada, Ubosoth, presidida por un Buda sentado con una mano señalando la tierra y los restos de las columnas. Un nuevo puente nos lleva a un pequeño islote donde se realizan ofrendas.































Continuamos nuestro paseo bordeando el lago desde donde tomamos unas instantáneas del Wat Sa Si a lo lejos y frente al pequeño Chedi de forma acampanada del Wat Tra Kuan (s. XV). Su nombre es una palabra jemer que se refiere a una planta medicinal conocida en Tailandia como “Phak Bung” o mañana gloriosa.































La bici nos lleva hasta el Monumento del Rey Ramkamhaeng, una escultura realizada en bronce de una figura sentada al final de una escalinata rodeada por bajos relieves que describen sus hazañas y en frente un estanque rodeado por jardines.































Nuevamente “on the road”…llegamos al Wat Si Sawai (finales s. XII), de lejos te atrapa el estilo jemer de sus tres Prangs y su recinto amurallado. El Prang central mide 15 m y se pueden ver todavía las figuras en estuco que los decoran. Este templo inicialmente fue hindú, aún se pueden ver figuras de dioses como Visnu y algún lingan. Posteriormente se trasformó en un templo budista añadiéndole la sala de oración. Las dos pinturas más comunes son serpientes de múltiples cabezas y makaras (un animal parecido a un reptil); ambos vomitan guirnaldas.




















 


Después de atravesar un idílico paisaje de bosque ajardinado, salpicado aquí y allá por pequeños estaques de nenúfares multicolores llegamos al Wat Traphang Ngoen (s. XIV).























 




 



Las principales estructuras son un Chedi, las ruinas de un salón de actos o Wiharn, una gran estatua de Buda en un pedestal y una sala de ordenación, Ubosot o bot en una isla en medio de un lago artificial, el «Traphang Ngoen» o lago de plata, al este del templo, que simboliza la pureza del agua y el aislamiento.



















Destaca la estupa terminada en pico, a semejanza de una flor de loto cerrada, soportada en una plaza “de laterita”, de base cuadrada, con cinco niveles de ladrillos que disminuyen hasta encontrarnos con cuatro nichos para estatuas de buda, dispuestas hacia los cuatro puntos cardinales.


 




El penúltimo complejo de templos que visitamos en el recinto central fue el Wat Mahathat (s.XIII) rodeado de fosos, el cuál fue el centro espiritual del reino de Sukhothai.

















 




Esta zona central, llegó a contar con más de 200 chedis, así como con gran número de wihanrs y mondops. Se puede acceder por cuatro puertas orientadas a los cuatro puntos cardinales. Entrando por la puerta este nos encontramos con una sala de oración con columnas, a una altura considerable y por la que se accede por una escalera. Una gran imagen de Buda corona esta sala































Detrás de esta sala se encuentra la antigua sala en la que ahora solo quedan columnas. La torre central tiene forma de capullo de loto y se denomina Si Mahathat. El chedi está flanqueado por dos mondop que albergaban unos budas enormes llamados Phra Attharot.
















 







 







Se puede observar un friso que recorre toda la base con unos monjes en procesión, sobre ellos destacan las figuras de unos budas en posición de meditación. En cada esquina de la base unos animales mitológicos soportan el peso del edificio. Mientras que en lo alto de las hornacinas se pueden ver unos gráciles budas.

 
































El Chedi está rodeado por ocho estupas y prangs.































Todo el conjunto está rodeado de estanques con nenúfares y flores de loto que le confieren una belleza espectacular.

 





En algunos momentos el silencio es total sólo roto por el piar de los pájaros. Se respira paz y tranquilidad. Sientes la necesidad de parar, sentarte en una de esas piedras milenarias, cerrar los ojos,  respirar profundamente y dejar vagar tu mente libremente…





















Una vez de vuelta del viaje astral nos dirigimos hacia los restos del Wat Chana Songkhram (s. XIV) que presenta una Estupa acampanada ejemplo del estilo «Sukhothai». Al este se encuentran las ruinas del pasillo de rezo principal o Wiharn,  así como, las bases de doce pequeños chedis que son también visibles. Este fue nuestro último Wat dentro del recinto central.