Nuestro guía conductor nos esperaba a las 9:30 am para visitar los monumentos de la ciudad, construidos por la dinastía de los Pallava, desde el 830 – 1100 aC. Los que no conozcan la historia de los hermanos Pallava, su destierro, amores y guerras contra sus primos y familiares, los 99, pueden descubrirla en el Mahabaratha, una de las grandes epopeyas indias.
Aunque es un pueblo pequeño el conductor nos llevó a todos los monumentos en coche. Se puede ir caminando. Lo más destacado es el bajorrelieve de Bhagiratha’s Penance, o Penitencia de Arjuna, la Krishna’s Butter Ball, una enorme piedra en una ladera en terrible equilibrio o el Ganesha Ratha, templo esculpido en roca.
Luego nos desplazamos por una carretera como a 1 km, se llega a los templos más famosos, los Panch Raths, cinco monumentos esculpidos en roca, tipo carrozas, en línea el Dharmaraja Ratha, el Bhima Ratha, el Arjuna Ratha y el Draupadi Ratha a la izquierda junto a un elefante de piedra se encuentra el Nakul Sahdeva Ratha. Representan a los hermanos Pallava y su mujer Draupali.
Volviendo al pueblo pasamos por una carretera llena de puestos de artesanos de la piedra, que martillean una y otra vez con un sonido realmente desesperante. Continuamos la visita en el Shore Temple o templo de la Orilla, emplazado en un promontorio frente al mar.
En el último tsunami sufrió grandes daños y el pueblo de pescadores fue barrido por las olas. Luego lo construyeron en otra zona más protegida. Allí fuimos a almorzar en el Rte. Santana, en una terraza espléndida con vista a toda la playa, donde los pescadores salen a faenar con sus pequeñas barca de motor.
Impresionante comida a base de pescado al grill, langostinos tigre y otros más pequeños en salsa de ajo con arroz y papas fritas crujientes que nos supo a gloria, unos 15 €/pp.
Por la noche cenamos a base de calamares fritos, insuperables. Un pollo tandori y un par de cervezas. Terminamos en un locutorio llamando todos más de media hora por 4 €.
El día siguiente lo dedicamos a hacer una excursión a la ciudad de Kanchinpuran, ciudad sagrada, donde se cree que apareció Shivaen forma de columna de fuego (hay cinco manifestaciones, aire, fuego, agua, tierra y éter). Fue la capital de los Pallavaentre los siglos IV y IX, y permaneció como una importante urbe durante los periodos sucesivos en que fue gobernada por los Chola y los Vijayanagara.
Vimos varios templos, unos dedicados a Visnu y otros a Shiva. En la mayoría no te dejan entrar en el santosantorun, es decir, donde está el dios. Se forman filas de fieles que van entrando y santiguándose, un sacerdote a cambio de un donativo te bendice con una oración, fuego y una especie de polvo en la frente, en otros te dan plantas o medios cocos llenos de flores.
Estos son algunos de los templos que vimos: Templo de Kailasanatha con un lingam de 8 caras; Templo de Ekambaranathar, donde destaca un antiguo árbol de mango de 3.500 años. El Templo de Vaikuntha Perumal posee un enorme estanque en el templete central, en el que hay una estatua de madera de 3 mts con la imagen de Visnhu, llamada (Athivaradar). Lo que más llama la atención es una enorme cadena tallada de un único bloque de piedra que puede observarse colgando en cada esquina del templo.
Las distancias en la India no deben ser medidas en kilómetros si no en horas, porque te puedes encontrar en la carretera guaguas abarrotadas de niños, mujeres, ect, vacas u otros animales, personas caminando, bicicletas, motos, ricksaw o además, como nos ocurrió a nosotros, dos trenes de mercancías tan largos y lentos que congregó tal marea humana en las dos pequeñas barreras semilevantadas que tardamos mas de media hora (quizás más) algunos al peso del sol.
Tuvimos la suerte de tomar el plato típico de la región de Tamil Nadu, en un restaurante con tres áreas, sin ventilación, con ventiladores y con aire acondicionado, cada una de ellas independiente, todos indúes. El plato consite en una serie de curries diferentes que se sirve con arroz y elejimos varios tipo de pan, naan, roti, puri, chapati. En general toda la comida pica bastante pero está buenisima.
Seguiremos desde otro punto de la India del sur…
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