El amigo Gabriel Limiñana, que pasa los viernes por el departamento, me decí que en las entradas de este blog ponía muchas fotos en donde soy protagonista. No es el primero que me llama narcisista, ya cuando estudiaba en el Instituto, “Andres Bello”, el profesor de Filosofía, un tal Cayetano, peninsular, me lo decía, aunque él se refería a mis camisetas de números voluminosos, el 33, el 66, como en las de rugbi o baloncesto.

Pero volviendo al presente le tengo que dar la razón, me encanta poder decir; yo he estado en esos lugares. El compañero Gabriel además de su “crítica” constructiva me aconsejo una buena ruta de senderismo el Malpaís de Rasca en el sur de la isla. Yo que andaba buscando una caminata que no fuese muy exigente y llana para comenzar los pateos de este año vi los cielos abiertos

 


La ruta comienza en Las Galletas, concretamente en su puerto. Allí los pescadores venden el fruto de su trabajo en la pequeña lonja, donde se arremolinaban los parroquianos a comprar el pescado recién descargado de las pequeñas barcas ya varadas en la playa de arena negra que hay junto a la lonja.

La herramienta del Gobierno de Canarias, IDECanarias visor 3.0, permite visualizar mapas topográficos con gran cantidad de información sobre los lugares de la ruta que vas a realizar.

La zona se denomina la Costa del Silencio, con vistas del Teide, del Sombrerito y de la Montaña Guajara, más al sur destaca la cumbre del Monumento Natural de Montaña de Guaza y el Roque del Conde.

Se continua por el paseo de la playa hasta llegar al final de la playa, en la zona
conocida como El Poris, donde se inicia un malpaís asociado a un Cardonal-Tabaibal(Euphorbia canariensis y Euphorbia lamarckii), bajo la Urbanización El Fraile

El camino atraviesa la pequeña playa de los Sajonados. Yo venía aquí de pequeño con la familia a bañarme y a disparar a los lagartos con una escopeta de balines. No existía la urbanización del Fraile en esos tiempos. El camino continua bien marcado y llanea entre Balos (Plocama pendula) y Tuneras(Opuntia dillenii)

Continuamos hasta Punta Negra, cruzándonos con varias huertas abandonadas que los campistas usan en los periodos estivales. Desde este punto del camino vale la pena echar un vistazo atrás y disfrutar de las vistas, del Teide y de los pueblos del Frailey de las Galletas.


El camino discurre todo el tiempo frente al mar y prácticamente llano, atravesando un precioso malpaís de Cardonal-Tabaibal (Euphorbia canariensis y Euphorbia lamarckii).

Nos encontramos en Callao Mandrácula, aquí destaca sobremanera las formaciones geológicas de la lava. Salvando las distancias hay una especie de calzada de basalto, como en Irlanda y unas salinas naturales. Es uno de los lugares preferidos de los pescadores.

Una antigua pista de tierra da acceso, después de una corta subida, a una carretera asfaltada, primero entre Ficus (Ficus microcarpa L. F.) y luego entre Palmeras Canarias (Phoenix canariensis) y todo bajo un inmenso invernadero en la zona conocida como Punta Salema. Por un agujerito descubrimos cuál era el contenido del invernadero, plataneras, miles.

Después de caminar aproximadamente un kilómetro siempre pegado al invernadero con vista a los caletones del Fraile, nos encontremos una señal que nos indica el comienzo de la reserva Natural Especial del Malpaís de Rasca y que dá acceso a un sendero costero.


Desde este punto ya se vislumbra el Faro de Rasca a lo lejos y la Montaña Grande como iconos más notables del paraje natural.






























El camino en este tramo asciende hasta el Faro de Rasca; hay una pista asfaltada que viene desde la carretera TF-66 y que termina en este sitio. Hay un antiguo faro, que entró en servicio en el año 1899 y que ha sido recientemente restaurado, estando formado por un pequeño edificio con la luminaria en el techo y al lado se alza voluminoso el actual faro, puesto en servicio en los años setenta y formado por una gran torre de unos 30 metros de altura y pintado de color rojo y blanco.

El camino desciende ahora empedrado entre Aulagas(Launaea arborescens) y Tuneras (Opuntia dillenii) hacia un antiguo embarcadero que se encuentra en ruinas, para luego bajar de nuevo hacia el sendero donde un cartel de madera informa de las características del paisaje natural. Dejaremos atrás la pequeña playa de rocas y el faro con una vista magnífica de Montaña Grande.






























En la zona de Pilas del Vidrio nos encontraremos unas viejas edificaciones de piedras junto a numerosos Tarajales (Tamarix canariensis) y Uvillas de Mar (Zygophyllum fontanesii) y gran playa de callados.

Seguiremos el sendero en Punta de la Rasca con vistas hacia el frente de Montaña Caraba, otro cono volcánico dentro del mismo paraje natural y más al sur de las Mesas de Guaza, una meseta que se eleva justo antes de Montaña de Guazacomprendiendo ambas el Monumento Natural de Montaña de Guaza.




Desde aquí ya vislumbramos la urbanización del Palm-Mar.






























En la zona del Caletón de los Goros, aunque no es el de Garachico, es ideal para un baño. Es un espacio de gran interés científico y geológico. Yo encontré, para mí en un asentamiento guanche, una piedra o punta de flecha. Aunque en casa todos se han reído mucho.

Seguimos el camino, esta vez entre un gran pedregal, pasando junto a una playa de callaos llamada El Calladito y después al lado de un pequeño promontorio que permite ver las balsas de cría de peces.

Llegaremos a la Punta del Jurado y a una especie de pista de tierra que termina en la Calle del Mochuelo. Hay un antiguo castillo en un mirador natural desde donde hay unas vistas de la Playa de la Arenita y de toda la costa hasta la zona turística de Los Cristianos ya dentro de la Urbanización Palm-Mar, al principio de un paseo peatonal.

El paseo termina en la Playa de la Arenita, bajo las Mesas de Guaza. En este lugar damos por finalizada la ruta. Nos costó bastante encontrar un lugar donde comer. Lo mejor fue que no había guagua para volver a las Galletas. Así que tuvimos que regresar a pie. Total unos 17 km. Para ser la primera caminata de la temporada y yo pasar del sillón-ball al camino ha sido algo duro. Creo que estoy preparado para correr la “Iron-man”de los 50. No con los corredores de mi edad, si no con los que nacieron en los años cincuenta y creo que sería el último.
Gabrieltenía razón, como casi siempre, el paisaje, las playas, la flora erán maravillosos aunque hacia mucho calor húmedo y hay que ir bien provistos de agua vale la pena. Tal vez la mejor época es la de floración de las tabaibas, primavera-verano.

Agradecer también al amigo Francisco Fariña por sus comentarios de esta ruta del que he entresacado bastante información. En breve adjuntaré aquí la dirección en wikilockde la ruta en gps (aunque no es necesaria porque no tiene perdida).

Hasta la próxima y buen camino…